Minería Responsable

Juan José Fernández Díaz
Juan José Fernández Díaz

Un análisis técnico en respuesta a las críticas sobre proyectos Mineros

Un reciente artículo publicado en LA NUEVA ESPAÑA y escrito por un profesional de la medicina pediátrica critica los nuevos proyectos mineros y plantea una serie de argumentos que merecen ser cuidadosamente revisados desde una perspectiva técnica que tenga en cuenta las competencias específicas en explotación de minas, en geología, en ingeniería ambiental, en hidrología, y en gestión de recursos naturales, propias de los profesionales de la minería. A continuación, abordaremos los principales puntos desde un enfoque técnico y con la debida responsabilidad profesional.

  1. Gestión del agua y recursos hídricos

El autor menciona la posible contaminación de acuíferos y el impacto sobre los recursos hídricos, pero omite los avances técnicos en la gestión de aguas dentro de la minería moderna. Los proyectos mineros están sometidos a rigurosas normativas medioambientales que exigen planes de manejo de agua y sistemas de monitoreo continuo de la calidad de este recurso. Las técnicas como la captura de aguas pluviales, plantas de tratamiento de agua y el uso de tecnologías de recirculación permiten minimizar el impacto en acuíferos y cuerpos de agua cercanos.

Además, los estudios de impacto ambiental (EIA) y las autorizaciones ambientales incluyen medidas de mitigación precisas para evitar la contaminación de aguas superficiales y subterráneas. El uso de barreras impermeables y tecnologías de drenaje controlado también se emplean para proteger el medio acuático.

  1. Contaminación del aire

Se menciona que la minería genera emisiones dañinas, como el anhídrido sulfuroso. Sin embargo, en la actualidad, las operaciones mineras aplican tecnologías avanzadas para controlar las emisiones de gases y partículas. Los sistemas de filtración de aire, captura de partículas, y control de polvo permiten mitigar la contaminación atmosférica, garantizando que los niveles de emisiones cumplan con estrictos estándares internacionales, como los establecidos por la Unión Europea o la EPA (Agencia de Protección Ambiental) en Estados Unidos.

Adicionalmente, el monitoreo continuo de la calidad del aire cerca de los sitios mineros asegura que cualquier cambio sea detectado rápidamente, y las medidas correctivas se implementen de inmediato.

  1. Recuperación ambiental y cierre de minas

El artículo sugiere que los impactos ambientales de la minería son irreversibles, pero esta afirmación ignora los avances en técnicas de rehabilitación y cierre de minas. Las mejores prácticas internacionales requieren que los proyectos mineros presenten un plan de cierre desde su inicio, que incluye la rehabilitación de suelos, la reforestación, y la restauración de la biodiversidad local. Además, es necesario presentar avales para cumplir con ese plan de cierre, antes del inicio de la explotación, algo que es específico para la minería.

Proyectos mineros modernos utilizan tecnologías para la recuperación de ecosistemas que permiten devolver las áreas afectadas a condiciones cercanas a las originales y, en muchos casos, en mejores condiciones. La biorremediación y el uso de especies vegetales autóctonas son prácticas comunes que contribuyen a la regeneración del medio ambiente, y estos proyectos son auditados periódicamente por entidades independientes.

  1. Impacto económico y desarrollo social

Es fundamental recordar que la minería es un motor económico clave, especialmente en regiones con recursos naturales abundantes, como ocurre en Asturias. Además del empleo directo, la minería genera empleos indirectos en sectores como el transporte, la manufactura, y los servicios. Los beneficios económicos no son temporales, como sugiere el artículo, sino que suelen formar parte de un desarrollo sostenido en comunidades mineras, a través de la inversión en infraestructura, salud, educación y en las rentas que permanecen en la sociedad una vez acabada la actividad a través de las pensiones. En el caso de Asturias, los beneficios de la minería sitúan los ingresos medios en pensiones por encima de la media nacional.

La minería responsable, lejos de ser destructiva, trabaja en conjunto con las comunidades para asegurar que el desarrollo económico se traduzca en mejoras en la calidad de vida de los habitantes. Las asociaciones público-privadas y los programas de responsabilidad social corporativa juegan un papel esencial en la redistribución de los beneficios generados por la minería.

  1. La minería y la salud pública

Si bien el autor cita algunos casos específicos de impactos negativos sobre la salud relacionados con la minería, estos ejemplos no son representativos de la minería moderna, que sigue estrictos estándares de seguridad y salud ocupacional.

La minería moderna está en constante evolución y se ha actualizado:

a) En la definición de los yacimientos, que ha mejorado mucho con la entrada de la digitalización, la inteligencia artificial y unos métodos de detección más precisos que permiten planificar la explotación de forma más quirúrgica.

b) En los sistemas de explotación, que han pasado de ser intensivos en mano de obra a estar completamente mecanizados con la entrada de maquinaria especializada para cada tipo de yacimiento con manejo remoto en muchos casos.

c) En los sistemas de control de todos los procesos de la mina (el control de la atmósfera y gases nocivos, el control de personas, el control del sostenimiento, bombeo, etc.), que permiten una mejora sustancial en la seguridad de las personas y de las instalaciones.

d) Cuando terminan los trabajos, al final de la vida útil de la mina, la restauración se hace compatible con el entorno y está garantizada desde el principio con avales.

Hoy en día, los procedimientos de trabajo reducen considerablemente la exposición humana a riesgos y mejora las condiciones de los trabajadores. Además, las políticas de salud y seguridad dentro de las operaciones mineras y para el entorno son más estrictas que nunca, con un enfoque preventivo y correctivo continuo, certificado externamente por entidades acreditadas.

  1. Conocimientos técnicos y formación adecuada

Finalmente, es importante destacar que la minería es una actividad altamente especializada, que requiere de profesionales formados en áreas específicas como ingeniería de minas, geología, hidrología, y ciencias ambientales.

Esta formación exhaustiva se realiza en escuelas dedicadas, con programas de formación intensos y específicos, dentro que una profesión que está regulada por ley para garantizar que todos los profesionales tienen las competencias necesarias para su trabajo.

Al igual que sucede con otras ingenierías, cada decisión en un proyecto minero se toma con base en análisis técnicos detallados, estudios de impacto y bajo la regulación de autoridades competentes.

La minería no puede abordarse desde una perspectiva puramente emotiva o sin fundamentos técnicos, ya que las decisiones mal informadas pueden obstaculizar el progreso económico y social de las regiones que dependen de esta industria.

Conclusión

Asturias tiene mineralizaciones de cobalto, cobre, níquel, tierras raras, bismuto, manganeso feldespato, barita, fluorita, cromo, plata y oro, entre otras. La mayor parte de estos minerales son considerados críticos por la Unión Europea y en el año 2023 ha publicado un Reglamento que establece un marco para garantizar su suministro seguro y sostenible.

La minería moderna, cuando se lleva a cabo bajo las regulaciones y normativas vigentes, es una actividad que puede coexistir con el medio ambiente y las comunidades locales. Los avances tecnológicos y las buenas prácticas de gestión ambiental aseguran que los impactos sean controlados y mitigados. En lugar de demonizar una industria que es vital para el desarrollo económico y para contribuir al bienestar social que disfrutamos, se debería trabajar desde el conocimiento técnico y la competencia profesional, para garantizar que se realicen los proyectos de manera sostenible y responsable.

Asturias es una comunidad autónoma donde los sectores industrial y minero aportan realmente su fortaleza y su capacidad de resistencia ante situaciones adversas, frente a otros sectores más estacionales y mucho más sensibles a las crisis. Habría que apostar por mantener esta situación y hacer compatible la explotación de los recursos mineros con el resto de las actividades. El momento es ahora, aprovechando las oportunidades que se presentan en plena transición ecológica, y Asturias tiene un gran potencial.

Juan José Fernández Díaz. Decano-Presidente del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Noroeste de España.

La Nueva España. 1 de febrero de 2025

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