Los estudiantes de primer curso de la Escuela se reparten 9.000 euros que llegan del colegio profesional y de donaciones particulares
Artículo La Nueva España 24-2-23
Los 18 estudiantes que este año comenzaron sus estudios en la Escuela de Minas de Oviedo, amenazada por el traslado con dirección a Mieres, recibieron ayer –de manos del Colegio Oficial de Ingenieros de Minas del Noroeste– una ayuda económica en forma de beca (por valor de 500 euros) que les permite cubrir el 66,6% del valor de la matrícula (751 euros). En total, se repartieron 9.000 euros, y lo más significativo es que la mayor parte del dinero lo aportaron de forma voluntaria ingenieros de minas a título particular (a través del conocido como «Think tank» que aglutina especialmente a antiguos estudiantes), con el objetivo de que la matrícula de la Escuela no languideciera presa de las amenazas de la mudanza y de ciertas declaraciones que acusaban a este oficio de no tener un buen futuro laboral. Todo lo contrario, hay pleno empleo, defienden los profesionales.
Cada año el Colegio de Ingenieros de Minas beca a los estudiantes que llegan a la Escuela con los mejores expedientes académicos. «Normalmente son seis, pero este año además hemos tratado de buscar financiación a través de profesionales para todos los alumnos de primero», señaló Juan José Fernández, decano del Colegio, «no cubre toda la matrícula pero ayuda». El estímulo económico logró mantener la matrícula con respecto al curso pasado, inalterada en 18 estudiantes. Destripando las cifras, 3.000 euros los aportó el Colegio y los 6.000 restantes corresponden a contribuciones particulares.
Los estudiantes, además, están respondiendo bien. Ahora el que habla es el director de la Escuela, Francisco Javier Iglesias. «El curso va bien. Por ejemplo, el profesor de la asignatura de Cálculo me decía que estaba muy contento con los resultados porque habían aprobado más de un 80% de los que se habían presentado», resaltó.
La iniciativa de las ayudas surgió hace más o menos un año. Según Iglesias, se puso en marcha porque se «habían vertido toda una serie de declaraciones bastante negativas hacia la Escuela y entendíamos que una fórmula para romper con esa dinámica era facilitar este tipo de becas para que los interesados pudieran venir a la Escuela, tener una ayuda y luego ver si les interesaba continuar con los estudios. La aceptación ha sido bastante buena porque se mantuvo el nivel de matriculados», resalta. Aunque en un principio el número de estudiantes tendría que haber sido de veinte –superior al curso pasado–, pero dos alumnos seleccionaron por error el grado que se imparte en Barredo (Mieres), que tiene una denominación muy similar a la de Oviedo. «Cuando intentaron resolver la situación ya se les había pasado el plazo y no pudieron hacer el cambio», dice Iglesias.
Lo habitual era que el Colegio entregara estas becas a principios del curso, allá por septiembre u octubre, pero este año han preferido esperar. Tiene una explicación. «Queríamos buscar el compromiso de los estudiantes para que no se matricularan, cogieran la beca, y a los dos meses se fueran; esta ya es buena época porque ya han pasado los exámenes de enero», resaltó.